'...pero el silencio es cierto. por eso escribo. estoy sola y escribo. no, no estoy sola. hay alguien aquí que tiembla...' (a.pizarnik)

miércoles, 31 de marzo de 2010

las aventuras de el hombre ascensor/part I

los gallos cantan en el techo de malaver y los colectivos atestados pasan por cada esquina. abro las cortinas y su verde tiempo dejan espacio al jardín. hay un gran rosal ahí, junto al muro y, en sus alturas, un zapallo cuelga lejos de su madre. micca no despertó aún; el batmita espera en la puerta por su ración de maíz y sueño; lunátika quiere subir al tapial a saludar al perro-ave que trae las noticias del ascenso. mate, baño, planchar la camisa a cuadros y un rico emparedado. voy por el diario y aurora dice que le gusta mi pelo, que no me lo tiña de negro porque 'a los hombres les queda mal...'. sigo hasta el tren y leo 'la casa del ángel'. qué linda y contradictoria, beatrice. después, subte, y al ministerio. por la calle de los gallegos compro un libro sobre la patagonia y otro sobre la guerra civil española. trabajo un poco en congreso y pongo rumbo a olivos. muchos árboles (y policías). ya en ballester camino en mi mundo. aún no escuché el boxset de beatles x nebbia. resuelvo hacerlo en casa de ken y pete, en devoto norte. me encuentro con que ningún reproductor funciona y caigo en la cuenta de que mi familia no sabe de música, o no le importa tanto como a mí. no traje la guitarra porque era suficiente con tres mochilas. encuentro una pc y logro acustizar a nick drake. hablo con adrián, que está en once, y eric, que está en córdoba tocando con fer. llevo cuatro días con ardor en mis ojos y parece que es una maldita alergia proveniente de la contaminación del metro. no puedo evitarlo. continúo portándome pésimo con la fotógrafa que me gusta, no sé qué hacer para jugar con sus pausas. pienso que los ramones fueron tan populares en esta parte del mundo porque acá hacemos pogo, mosh y slam cada vez que vamos a buscar el sueldo. los perros duermen ahora y miro la bici. helguera está desierta a esta hora...

miércoles, 24 de marzo de 2010

1975-1987-2009

ara tokatlián es un saxofonista argentino de descendencia armenia nacido en el cairo que vive en estados unidos. líder de arco iris y autor de buena parte del rock psicodélico de los setentas en el río de la plata, junto a gustavo santaolalla. gran admirador del fabuloso pianista enrique 'mono' villegas, a los 20 años se metió en un estudio con él y el contrabajista guillermo bordarampe para registrar 'inspiración'. recién ahora (con la inclusión del álbum en vivo homenaje al mono 'in memoriam', junto al húngaro milcho leviev) se edita en formato cd, con arte original y textos inspirados en cada música (instrumental). revolution...

tu té verde para que esto no sea horrible


juan matías loiseau enamora con batu y su fiel can celeste: tútum (tiras compiladas en 'batu 1 , 2009). en días aparece el vol. 2 de sus aventuras. el muchacho es, además, autor de dos cortos: 'el ángel de dorotea' (2005) y 'abismos' (2006), las antologías de poemas: 'el destino, esa sombra' (1999) y 'el libro de la noche' (2000), y, por supuesto, sus libros de historietas con sus bellísimos dibujos: 'tute', 'tute de bolsillo' (ambos de 2007). tampoco escapa a la música: hotel buenosayres es un proyecto con canciones propias, más clásicos de homero manzi y el 'cuchi' leguizamón, entre otros, con aportes fundamentales de irupé tarragó ros y el chango farías gómez, sólo por mencionar algunos. cosas que andan por ahí, mientras te empeñás en mirar para otro lado...o tv.

sábado, 20 de marzo de 2010

volcano russo


frente a una foto de regina spektor, con los oídos puestos en l.a.s. y su versión de 'filosofía barata y zapatos de goma', no se puede ser más feliz. terminé una nouvelle de márgara averbach y me dispongo a ordenar los texos del primer libro de m. ceniza. mucho trabajo. salgo a dar un paseo por el bosque de malaver y me topo con una tienda: el último álbum de cj & bad choppers a $ 30. no lo dudo. recibo noticias de chile, haití, baja california y río. la tierra ruge y escupe: no quiere morir. hay demasiados seres humanos y muy poco de todo lo demás.

esa mujer

El coronel elogia mi puntualidad: es puntual como los alemanes ­dice.
O como los ingleses.
El coronel tiene apellido alemán.
Es un hombre corpulento, canoso, de cara ancha, tostada.
He leído sus cosas ­propone­. Lo felicito.
Mientras sirve dos grandes vasos de whisky, me va informando, casualmente, que tiene veinte años de servicios de informaciones, que ha estudiado filosofía y letras, que es un curioso del arte. No subraya nada, simplemente deja establecido el terreno en que podemos operar, una zona vagamente común. Desde el gran ventanal del décimo piso se ve la ciudad en el atardecer, las luces pálidas del río. Desde aquí es fácil amar, siquiera momentáneamente, a Buenos Aires. Pero no es ninguna forma concebible de amor lo que nos ha reunido.
El coronel busca unos nombres, unos papeles que acaso yo tenga.
Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aún no es una búsqueda, es apenas una fantasía: la clase de fantasía perversa que algunos sospechan que podría ocurrírseme.
Algún día (pienso en momentos de ira) iré a buscarla. Ella no significa nada para mí, y sin embargo iré tras el misterio de su muerte, detrás de sus restos que se pudren lentamente en algún remoto cementerio. Si la encuentro, frescas altas olas de cólera, miedo y frustrado amor se alzarán, poderosas vengativas olas, y por un momento ya no me sentiré solo, ya no me sentiré como una arrastrada, amarga, olvidada sombra.
El coronel sabe dónde está.
Se mueve con facilidad en el piso de muebles ampulosos, ornado de marfiles y de bronces, de platos de Meissen y Cantón. Sonrío ante el Jongkind falso, el Fígari dudoso. Pienso en la cara que pondría si le dijera quién fabrica los Jongkind, pero en cambio elogio su whisky.
El bebe con vigor, con salud, con entusiasmo, con alegría, con superioridad, con desprecio. Su cara cambia y cambia, mientras sus manos gordas hacen girar el vaso lentamente. ­
Esos papeles ­dice.
Lo miro. ­
Esa mujer, coronel.
Sonríe. ­
Todo se encadena ­filosofa.
A un potiche de porcelana de Viena le falta una esquirla en la base. Una lámpara de cristal está rajada. El coronel, con los ojos brumosos y sonriendo, habla de la bomba. ­
La pusieron en el palier. Creen que yo tengo la culpa. Si supieran lo que he hecho por ellos, esos roñosos. ­
¿Mucho daño? ­pregunto. Me importa un carajo. ­
Bastante. Mi hija. La he puesto en manos de un psiquiatra. Tiene doce años ­dice.
El coronel bebe, con ira, con tristeza, con miedo, con remordimiento.
Entra su mujer, con dos pocillos de café.
Contale vos, Negra.
Ella se va sin contestar; una mujer alta, orgullosa, con un rictus de neurosis. Su desdén queda flotando como una nubecita. ­
La pobre quedó muy afectada ­explica el coronel­. Pero a usted no le importa esto. ­
¡Cómo no me va a importar!... Oí decir que al capitán N y al mayor X también les ocurrió alguna desgracia después de aquello.
El coronel se ríe. ­
La fantasía popular -dice-. Vea cómo trabaja. Pero en el fondo no inventan nada. No hacen más que repetir.
Enciende un Marlboro, deja el paquete a mi alcance sobre la mesa. -Cuénteme cualquier chiste -dice.
Pienso. No se me ocurre. ­
Cuénteme cualquier chiste político, el que quiera, y yo le demostraré que estaba inventado hace veinte años, cincuenta años, un siglo. Que se usó tras la derrota de Sedán, o a propósito de Hindenburg, de Dollfuss, de Badoglio.
-¿Y esto? ­
La tumba de Tutankamón -dice el coronel-. Lord Carnavon. Basura.
El coronel se seca la transpiración con la mano gorda y velluda.
-Pero el mayor X tuvo un accidente, mató a su mujer. ­
¿Qué más? ­dice, haciendo tintinear el hielo en el vaso.
-Le pegó un tiro una madrugada. ­
La confundió con un ladrón ­sonríe el coronel . Esas cosas ocurren. ­
Pero el capitán N. . . ­
Tuvo un choque de automóvil, que lo tiene cualquiera, y más él, que no ve un caballo ensillado cuando se pone en pedo. ­
¿Y usted, coronel? ­
Lo mío es distinto ­dice­. Me la tienen jurada.
Se para, da una vuelta alrededor de la mesa. ­
Creen que yo tengo la culpa. Esos roñosos no saben lo que yo hice por ellos. Pero algún día se va a escribir la historia. A lo mejor la va a escribir usted.
Me gustaría. ­
Y yo voy a quedar limpio, yo voy a quedar bien. No es que me importe quedar bien con esos roñosos, pero sí ante la historia, ¿comprende? ­
Ojalá dependa de mí, coronel. ­
Anduvieron rondando. Una noche, uno se animó. Dejó la bomba en el palier y salió corriendo.
Mete la mano en una vitrina, saca una figurita de porcelana policromada, una pastora con un cesto de flores.
-Mire.
A la pastora le falta un bracito. ­
Derby -dice. Doscientos años.
La pastora se pierde entre sus dedos repentinamente tiernos. El coronel tiene una mueca de fierro en la cara nocturna, dolorida. ­
¿Por qué creen que usted tiene la culpa? ­
Porque yo la saqué de donde estaba, eso es cierto, y la llevé donde está ahora, eso también es cierto. Pero ellos no saben lo que querían hacer, esos roñosos no saben nada, y no saben que fui yo quien lo impidió.
El coronel bebe, con ardor, con orgullo, con fiereza, con elocuencia, con método.
-Porque yo he estudiado historia. Puedo ver las cosas con perspectiva histórica. Yo he leído a Hegel. ­
¿Qué querían hacer? ­
Fondearla en el río, tirarla de un avión, quemarla y arrojar los restos por el inodoro, diluirla en ácido. ¡Cuanta basura tiene que oír uno! Este país está cubierto de basura, uno no sabe de dónde sale tanta basura, pero estamos todos hasta el cogote. ­
Todos, coronel. Porque en el fondo estamos de acuerdo, ¿no? Ha llegado la hora de destruir. Habría que romper todo.
-Y orinarle encima. ­
Pero sin remordimientos, coronel. Enarbolando alegremente la bomba y la picana. ¡Salud! -digo levantando el vaso.
No contesta. Estamos sentados junto al ventanal. Las luces del puerto brillan azul mercurio. De a ratos se oyen las bocinas de los automóviles, arrastrándose lejanas como las voces de un sueño. El coronel es apenas la mancha gris de su cara sobre la mancha blanca de su camisa. ­
Esa mujer ­le oigo murmurar­. Estaba desnuda en el ataúd y parecía una virgen. La piel se le había vuelto transparente. Se veían las metástasis del cáncer, como esos dibujitos que uno hace en una ventanilla mojada.
El coronel bebe. Es duro. ­
Desnuda ­dice­. Éramos cuatro o cinco y no queríamos mirarnos. Estaba ese capitán de navío, y el gallego que la embalsamó, y no me acuerdo quién más. Y cuando la sacamos del ataúd -el coronel se pasa la mano por la frente­, cuando la sacamos, ese gallego asqueroso...
Oscurece por grados, como en un teatro. La cara del coronel es casi invisible. Sólo el whisky brilla en su vaso, como un fuego que se apaga despacio. Por la puerta abierta del departamento llegan remotos ruidos. La puerta del ascensor se ha cerrado en la planta baja, se ha abierto más cerca. El enorme edificio cuchichea, respira, gorgotea con sus cañerías, sus incineradores, sus cocinas, sus chicos, sus televisores, sus sirvientas, Y ahora el coronel se ha parado, empuña una metralleta que no le vi sacar de ninguna parte, y en puntas de pie camina hacia el palier, enciende la luz de golpe, mira el ascético, geométrico, irónico vacío del palier, del ascensor, de la escalera, donde no hay absolutamente nadie y regresa despacio, arrastrando la metralleta. ­
Me pareció oír. Esos roñosos no me van a agarrar descuidado, como la vez pasada. Se sienta, más cerca del ventanal ahora. La metralleta ha desaparecido y el coronel divaga nuevamente sobre aquella gran escena de su vida. ­
...se le tiró encima, ese gallego asqueroso. Estaba enamorado del cadáver, la tocaba, le manoseaba los pezones. Le di una trompada, mire -el coronel se mira los nudillos­, que lo tiré contra la pared. Está todo podrido, no respetan ni a la muerte. ¿Le molesta la oscuridad? ­
No.. ­
Mejor. Desde aquí puedo ver la calle. Y pensar. Pienso siempre. En la oscuridad se piensa mejor. Vuelve a servirse un whisky.
Pero esa mujer estaba desnuda -dice, argumenta contra un invisible contradictor-. Tuve que taparle el monte de Venus, le puse una mortaja y el cinturón franciscano.
Bruscamente se ríe. ­
Tuve que pagar la mortaja de mi bolsillo. Mil cuatrocientos pesos. Eso le demuestra, ¿eh? Eso le demuestra.
Repite varias veces "Eso le demuestra", como un juguete mecánico, sin decir qué es lo que eso me demuestra.
-Tuve que buscar ayuda para cambiarla de ataúd. Llamé a unos obreros que había por ahí. Figúrese como se quedaron. Para ellos era una diosa, qué sé yo las cosas que les meten en la cabeza, pobre gente. ­
¿Pobre gente? ­
Sí, pobre gente.­El coronel lucha contra una escurridiza cólera interior­. Yo también soy argentino. ­Yo también, coronel, yo también. Somos todos argentinos. ­
Ah, bueno ­dice. ­
¿La vieron así? ­
Sí, ya le dije que esa mujer estaba desnuda. Una diosa, y desnuda, y muerta. Con toda la muerte al aire, ¿sabe? Con todo, con todo...
La voz del coronel se pierde en una perspectiva surrealista, esa frasecita cada vez más rémova encuadrada en sus líneas de fuga, y el descenso de la voz manteniendo una divina proporción o qué. Yo también me sirvo un whisky.
­Para mí no es nada -dice el coronel­. Yo estoy acostumbrado a ver mujeres desnudas. Muchas en mi vida. Y hombres muertos. Muchos en Polonia, el 39. Yo era agregado militar, dése cuenta.
Quiero darme cuenta, sumo mujeres desnudas más hombres muertos, pero el resultado no me da, no me da, no me da... Con un solo movimiento muscular me pongo sobrio, como un perro que se sacude el agua. ­
A mí no me podía sorprender. Pero ellos... ­
¿Se impresionaron? ­
Uno se desmayó. Lo desperté a bofetadas. Le dije: "Maricón, ¿ésto es lo que hacés cuando tenés que enterrar a tu reina? Acordate de San Pedro, que se durmió cuando lo mataban a Cristo." Después me agradeció.
Miró la calle. "Coca" dice el letrero, plata sobre rojo. "Cola" dice el letrero, plata sobre rojo. La pupila inmensa crece, círculo rojo tras concéntrico círculo rojo, invadiendo la noche, la ciudad, el mundo. "Beba". ­
Beba ­dice el coronel.
Bebo. ­
¿Me escucha?
-Lo escucho.
Le cortamos un dedo. ­
¿Era necesario?
El coronel es de plata, ahora. Se mira la punta del índice, la demarca con la uña del pulgar y la alza. ­
Tantito así. Para identificarla.
-¿No sabían quién era?
Se ríe. La mano se vuelve roja. "Beba".
­Sabíamos, sí. Las cosas tienen que ser legales. Era un acto histórico, ¿comprende? ­
Comprendo.
-La impresión digital no agarra si el dedo está muerto. Hay que hidratarlo. Más tarde se lo pegamos. ­
¿Y? ­
Era ella. Esa mujer era ella. ­
¿Muy cambiada? ­
No, no, usted no me entiende. lgualita. Parecía que iba a hablar, que iba a... Lo del dedo es para que todo fuera legal. El profesor R. controló todo, hasta le sacó radiografías. ­
¿El profesor R.?
-Sí. Eso no lo podía hacer cualquiera. Hacía falta alguien con autoridad científica, moral.
En algún lugar de la casa suena, remota, entrecortada, una campanilla. No veo entrar a la mujer del coronel, pero de pronto esta ahí, su voz amarga, inconquistable. ­
¿Enciendo? ­
No. ­
Teléfono. ­
Deciles que no estoy.
Desaparece. ­
Es para putearme ­explica el coronel-. Me llaman a cualquier hora. A las tres de la madrugada, a las cinco.
-Ganas de joder ­digo alegremente. ­
Cambié tres veces el número del teléfono. Pero siempre lo averiguan. ­
¿Qué le dicen? ­
Que a mi hija le agarre la polio. Que me van a cortar los huevos. Basura.
Oigo el hielo en el vaso, como un cencerro lejano. ­
Hice una ceremonia, los arengué. Yo respeto las ideas, les dije. Esa mujer hizo mucho por ustedes. Yo la voy a enterrar como cristiana. Pero tienen que ayudarme.
El coronel está de pie y bebe con coraje, con exasperación, con grandes y altas ideas que refluyen sobre él como grandes y altas olas contra un peñasco y lo dejan intocado y seco, recortado y negro, rojo y plata. ­
La sacamos en un furgón, la tuve en Viamonte, después en 25 de Mayo, siempre cuidándola, protegiéndola, escondiéndola. Me la querían quitar, hacer algo con ella. La tapé con una lona, estaba en mi despacho, sobre un armario, muy alto. Cuando me preguntaban qué era, les decía que era el transmisor de Córdoba, la Voz de la Libertad.
Ya no sé dónde está el coronel. El reflejo plateado lo busca, la pupila roja. Tal vez ha salido. Tal vez ambula entre los muebles. El edificio huele vagamente a sopa en la cocina, colonia en el baño, pañales en la cuna, remedios, cigarrillos, vida, muerte.
-Llueve -dice su voz extraña.
Miro el cielo: el perro Sirio, el cazador Orión. ­
Llueve día por medio ­dice el coronel-. Día por medio llueve en un jardín donde todo se pudre, las rosas, el pino, el cinturón franciscano. Dónde, pienso, dónde.
­¡Está parada! -grita el coronel­. ¡La enterré parada, como Facundo, porque era un macho!
Entonces lo veo, en la otra punta de la mesa. Y por un momento, cuando el resplandor cárdeno lo baña, creo que llora, que gruesas lágrimas le resbalan por la cara. ­No me haga caso -dice, se sienta­. Estoy borracho.
Y largamente llueve en su memoria.
Me paro, le toco el hombro. ­
¿Eh? -dice­ ¿Eh? -dice.
Y me mira con desconfianza, como un ebrio que se despierta en un tren desconocido.
-¿La sacaron del país?
-Sí. ­
¿La sacó usted? ­
Sí.
-¿Cuántas personas saben? ­
DOS. ­
¿El Viejo sabe?
Se ríe.
-Cree que sabe. ­
¿Dónde?
No contesta. ­
Hay que escribirlo, publicarlo. ­Sí. Algún día. Parece cansado, remoto. ­¡Ahora! ­me exaspero­. ¿No le preocupa la historia? ¡Yo escribo la historia, y usted queda bien, bien para siempre, coronel!
La lengua se le pega al paladar, a los dientes.
-Cuando llegue el momento... usted será el primero... ­
No, ya mismo. Piense. Paris Match. Life. Cinco mil dólares. Diez mil. Lo que quiera.
Se ríe. ­
¿Dónde, coronel, dónde?
Se para despacio, no me conoce. Tal vez va a preguntarme quién soy, qué hago ahí.
Y mientras salgo derrotado, pensando que tendré que volver, o que no volveré nunca. Mientras mi dedo índice inicia ya ese infatigable itinerario por los mapas, uniendo isoyetas, probabilidades, complicidades. Mientras sé que ya no me interesa, y que justamente no moveré un dedo, ni siquiera en un mapa, la voz del coronel me alcanza como una revelación. ­
Es mía -dice simplemente­. Esa mujer es mía.

(rodolfo j. walsh, 'los oficios terrestres', 1966)

(este cuento es considerado el mejor en su género en la república argentina; adherimos)

viernes, 19 de marzo de 2010

20/03


(conciencia vegetariana por juan piano)

canción de paz para la guerra civil española


negros y grises, el idioma no
tiene
ninguna
important

rusos, yugoeslavos, uruguayos,
de copacabana, laos, okinawa
franceses, vascos, irlandeses,
de managua, catamarca, seattle

no es necesario comandar
la comida se reparte en
vasijas de
barro
-todos igual-

michael, julián, oki, clarisa,
el viejo lópez, mirta, lía, john

los cementerios llenan sus
bóvedas y el catalán roba papel
para que los nombres
se descubran de
tierra

ciudad ácrata
no hay banderas que dividan
los
pueblos

el chico corre por el túnel
trae información
la madraza prepara queso
guernica es símbolo

los burócratas de la estepa
no pueden tapar
la lucha

don serafín es gallego
y consigue una gran
sierra

la cabeza del
pedestal
cae

jueves, 18 de marzo de 2010

subterranean jungle

miércoles 5:00 hs, acabo con el informe para el centro audiológico. es raro, tantos ensayos produciendo noise music y, en 2010, encontrarme en un taller de audífonos... 78 + subte línea 'b': tte. gral. j.d. perón y riobamba (entre el banco macro que acaban de asaltar y crónica tv). 'hola, juan; qué tal las cosas, carlos?' el primero me invita con pan de trigo, el segundo anuncia que acaban de asesinar a un amigo. día de trabajo. de a ratos llueve. camino por montevideo y encuentro el libro de tute que se me estaba escapando. los peronistas gritan frente al congreso contra...otros peronistas. yo quiero escuchar las canciones de the cranberries y víctor jara que anoche cargué en mis auriculares. vuelvo a casa cansado. llama el boss, muy tarde: está nervioso. mañana será otro día. pongo i-sat y justo empieza 'el luchador', con mickie rourke.
hoy me levanto a las nueve y, con el mate, la abu aparece y dice que acaba de comprar una heladera nueva. los gatitos juegan en mis piés. 161 hasta cabildo y juramento, luego, veinte cuadras hacia el este. otro colectivo, esta vez rumbo a tribunales. bajo y hago un par de trámites, después me encuentro con nico. se llama eduardo pero por alguna razón que jamáz explicará, tiene ese apodo. no hago preguntas. después voy a la escribanía y pago $ 500. las chicas están contentas de verme, soy un oasis con mis chistes malos frente a la horrible profesional que les vende el sueldo. subte (old) hacia caballito (adolfo castello pronunciaba, no sin ironía, 'caballito'), me encuentro con los viejitos y les preparo la encomienda. es un regalo de cumpleaños para su sobrina rosarina. en retiro hago mi trabajo y tralado mis toppers al ferrocarril san martín. está tan lleno que aborto la misión y me dirijo al mitre (los dos me dejan en palermo). mucha gente ahí también, pero es tarde. julián álvarez y güemes: emma está con el auto. vamos a buscar unos pesados, marrones y gigantes televisores a villa crespo. me esperan en malaver y aún el ovni no llega. leo un poco la biografía de beatriz guido. tengo tres trabajos y medio salario -pienso- mientras una vedette muestra las tetas en canal 9. agarro el control remoto y aparece juan gelman y calma mi dolor. say no more.

lunes, 15 de marzo de 2010

el giro

hasta que no sepamos que el edificio más alto
y el pequeño monumento proyectan líneas
que cristalizan el próximo año.
que en los muros y en los muebles
se dilata un ritmo que al hombre se le escapa por ahora
que al decir ¡marte, planeta desconocido!
se hieren fantasmas que cobran conciencia,
que se desatan, que nos seducen.
hasta que ignoremos por completo
que no tenemos árida la palabra,
que no es la garganta la dura como el hierro.
que no es la voz y el ruido,
sino el hombre que ignora su último giro,
que no quiere seguirse en los siglos,
como agua que busca su onda.
que no quiere.
que llegar al hombre ha sido mucho.
pero esto no es el giro.
es sólo un gozne, un punto de sonido.
cuando el hombre concluya su giro,
cuando el hombre y la mujer concluyan,
surgirá el niño.
el niño que jugará sobre los edificios y los monumentos.
-madrugada del 30 de mayo de 1957-

(miguel ángel bustos, 'visión de los hijos del mal'; argonauta, 2008/ilustración: m.a. bustos)

bubblegumramone


listen to helen love! si estás desesperado un domingo por la tarde en que todos los teléfonos suenan en habitaciones vacías, ya no queda pizza de ayer, la chica que conociste el viernes no contesta tus mensajes y mañana volverás a ese maldito subte atestado, tenemos la respuesta: 'debbie loves joey', hermosa canción de las chicas de swansea. nunca volverás a estar solx...

sábado, 13 de marzo de 2010

las pequeñas cosas detrás del viejo vw anfibio

adicto a las drogas legales, verguenza del sistema de ahorro, demasiado rebelde para hacer dinero, ninguna oportunidad más allá de las fronteras. mis lamentos de almuerzo se van con la última empanada de albahaca y queso de la casa. los días divertidos junto al fogón y las formas en las nubes, la transformación de todo lo que viví junto a vos, los autos que importan cada vez menos, las alturas tan lejos de superhéroes. en qué quedó el corazón de los perros azules que corrían en la nieve repentina de enero en algún país? poema para no pensar en los demás, para no pensar, para no. no. n. . ahora cuento migajas en los esteros de aguas sucias y calmas y escribo cada vez que las películas se ponen tristes o heladas. solcito que estás en el hospital de animales, lazo que no lastima, heridas en las sienes de ciudad atestada. puedo ser mejor esta tarde y lamentarlo mañana por la mañana no será suficiente. si volver a empezar es difícil, peor es dormir en un banco junto a un carro de gaseosas en el viaducto, cerca de ese edificio tan alto y circular. carver, poe, wilde, walsh; el viento y las pequeñas cosas detrás del viejo vw anfibio.

menú de la casa: sorrentinos

recorría la peatonal córdoba de rosario a principios de siglo y me topé con 'el mejor de los mundos posibles' (1976). el precio: $ 1. compré los dos únicos ejemplares. en casa leí cada cuento y reí y me enamoré de fernando sorrentino, el escritor olvidado. por entonces tocaba en sugus, hacíamos el mejor punk-pop de la comarca y grabamos un ep: 'sanitarios spetanza', homenaje 'sanitarios centenarios', 1979). más tarde encontré el resto, urgando y mirando entre sucias bateas argentinas: 'la regresión zoológica' (1969); 'imperios y servidumbres' (1972); 'en defensa propia' (1982); 'el remedio para el rey ciego' (1984); 'el rigor de las desdichas' (1994); 'costumbres de los muertos' (1996); 'per colpa del dottor moreau ed altri racconti fantastici' (2006), más las conversaciones con jorge luis borges y adolfo bioy casares. el año pasado editaron una antología, era hora. hablando con mi psicóloga, me entero de que eran vecinos y lo quería mucho. coincidencias de palermo freud.

volver al limbo

papá, estabas muy
ocupado ese
día
no debiste pensarlo
mejor?
acaso miraste el
horóscopo
esa
mañana de mayo?

es que hay tanto dolor alrededor
no deberías haber estado
haciendolo
todo todo todo
para no terminar
así?

ahora estamos acá, con
mi
hermanita
es lo mejor que
pudiste inventar, daddy?

volvería a mi
nido de luz
si pudiera

en qué pensabas, mum?
no querías estar sola
pero
es razón
suficiente
para no
preguntarme?

jueves, 11 de marzo de 2010

marzoporteño

I escuchando a jonathan richman en la estación colegiales (sabías que toca en unos días en la trastienda?) o hurtando naranjas y duraznos al paso por calles almagrenses se deja de pensar un rato en la miseria de esta ciudad. entre ríos y san juan: gran placa homenajea al querido rodolfo walsh ('el mejor de su generación', osvaldo bayer dixit; adherimos). los colectivos pasan y pasan con gente llena de problemas y, en un minuto, también estaré en uno y con mis cosas...vale la pena deterse ante esa gran puerta en la casa de finanzas y contemplar el recuerdo al mejor periodista, el que escribió non-fiction antes que todos (capote incluído), el que tomó las armas y puso el alma para que esto fuera distinto, el que con ternura y dolor narró sus días patagónicos, las tardes de orfanato y el paso del río. david viñas: '...si me apuran, digo que es mejor...' (aludiendo al consagrado jorge luis); también adherimos. fue en este preciso lugar donde este pequeño gigante se defendió hasta morir del ángel rubio y secuaces con la sangre podrida. no pudie´ron llevarlo como trofeo, ese día, perdieron para siempre: la 'carta abierta de un escritor a la dictadura militar' ya corría y nadaba y volaba por s cuenta.
II esta semana robaron un banco. las cajas de seguridad estaban llenas y se llevaron todo. fue en la manzana en que trabajo y ví a los informantes de tv defender la propiedad privada (privada para nosotros...?). por un momento sentí que era candidato al glorioso cartel de 'insane', ya que mi alegría desbordó. no huellas, no caras, no daño a terceros, ningún lastimado, todo ok. lo hicieron y espero estén en una hermosa playa de tahití, junto a sus familias, tomando leche de coco con vodka, teniendo todo lo que jamáz este sistema les proporcionaría, así trabajaran veinte horas a la semana. me regalaron una reproducción de un cóndor maya y la voy a usar para el 'libro de mapu' (darius+ceniziento+egypt's grapics, sol en turin, 2010). volviendo me ví obligado a comprar tres libros: 'el último imperio' (gore vidal; profunda crítica al imperialismo de unos de los pocos intelectuales que escucharon a las madres de plaza de mayo cuando eso era muy muy difícil); 'pido el derecho a morir' (vincent humbert; el debate alrededor de la eutanasia desde las fuentes. fundamental colaboración del periodista Fréderic Veille); 'divina beatrice' (cristina mucci; portada de sara facio para recorrer la vida de talento y belleza de beatriz guido) y tres discos: 'héctor stamponi interpreta al piano su música' (el maestro & amigos: litto nebbia, walter ríos, carlos garcía, horacio larumbe; chupita con un piano y nada más es una idea de paraíso); 'cuando el río suena' (adriana varela, producción: jaime roos; milonga, tangos viejos, beat oriental, vodeville, una orquesta de sesenta músicos, mate, café y un poco de vino); 'tangos' (cristina banegas-ubaldo de lío; los vampiros en su noche fatal). no ahorro para la cuota de la heladera ni tengo que cubrir el 'descuido' en mi tarjeta de crédito: invierto en diversión, amor, memoria y todo aquello que me destruye y construye a la vez. por la noche preparo la cena y veo 'maradona by kusturica'. a andy no le gustó y angius mencionó algo acerca de una 'desconexión', mientras bebía con emir. para mí está bien, me divertí y emocioné. diego es este país, con sus glorias y contradicciones. arreglé las cosas con mi chica-arty y espero no arruinarlo esta vez. mes de aniversarios nefastos, también de lucha. rjw: no sos sólo una placa entre dos avenidas.

martes, 9 de marzo de 2010

music hall

escucho ramones cada vez que estoy mal (o bien) y siempre es lo mismo: lloro, a veces de alegría, otras, por todo lo que no está. saludo a mis amigos del mundo y les digo que no soy más que un chico con problemas y colores: verde, amarillo, azul... empecé con the beatles y rolling stones (los kinks vinieron después) en vinilo en mi casa de cap. gómez. luego llegó todo el punk-rock y bowie y lou reed y sumo y say no more y dylan y, más tarde, cat power, pj, nirvana, strokes, regina... algunos seres quedaron en el aire y -a veces- me pregunto por qué no me tocó partir primero... helter skelter! la cosa es que planeo comprar una estanciera para irme por ahí. extrañaré mis felinos micca, luna & batmita. me gustaría llevarlos conmigo, pero ellos tienen sus propios planes. soy un adicto pero, también, alguien sensible. me gusta ver los patos volar y odio los arroyos de mi barrio tan llenos de basura. qué mierda puedo hacer? todas las noches cuento las estrellas del cielo y todas las mañanas espero que los vientos no tiren mis macetas. listen to the entrance band

tercer mes

pasó el aniversario de george harrison; vimos a guillermo francella en la ceremonia de los oscar; salieron sendos discos de covers de johnny cash: american recordings VI: ain't no grave (final studio album/ producer: rick rubin), con temas de kris kristofferson, sheryl crow, queen lili'uokalani...; y peter gabriel: scratch my back, canciones de arcade fire, regina spektor, lou reed, the magnetic fields, neil young...; la tierra empezó a defenderse de los hombres por haití, por chile, por...; ceniza tuvo trabajo entre los temblores y el 'agua en buenos aires...' de otroletravaladna. tiene dos empleos con los que se alimenta, paga las cuentas del kiosko y financia los otros dos trabajos: s.e.t. (editorial de arte y preguntas): hay tres libros en puertas a la nueva feria del libro independiente a realizarse en la federación libertaria argentina y la música -que nunca se va del todo-... por estos días veraniegos transportó vinilios metaleros de los setentas, títeres de los pitufos, revistas de mazinger z y ¡una muñeca de la pantera rosa! ('...the pink panther on tv/all commotion on the wold...' (eha dixit). sin dudas no es la peor manera de ganarse la vida o, al menos, suena más divertido que freír papas en un carrito junto a un complejo de locales de ropa. con los punsetes y synapsis en el mp3 y un buen paraguas puede pasarla de maravillas. claro que esto no es todo, también divide su tiempo en el instituto auditivo en el que realiza tareas de espionaje en ministerios de exportaciones, instala repisas, recorre callao con $ 14000 en efectivo, acomoda carpetas y saca fotocopias como cualquier hincha de chacarita... el fin de semana fue complicado para el ceniziento: lo olvidó todo por una fotógrafa, condujo por av. san martín con todas las infracciones, rescató una chica borracha de una fiesta, peleó con una anarquista sabelotodo y obligó a un artista del staf sol en turin a permanecer en un sillón de pana hasta que decidiera volver a colocarce sus pantalones. weekend brujo. hay cierto verso de gabriela mistral que intriga la guitarra sobre el colchón en pelagio luna, las cosas importantes están tan cerca...

lunes, 8 de marzo de 2010

8 de marzo: woman's day

charo bogarín & tonolec: música para el día más bello