no fueron más de dos veces. lo del dock no cuenta. cómo hice para llegar tan lejos siendo un chico con problemas de conducta? nadie tiene una respuesta decente. supe abrir el paragüas a tiempo. desoí los consejos de la calle 43. nunca me metí drogas que no hayan sido previamente fabricadas con este claro objetivo: colocarse. ya lo ven, no me fue nada mal. tengo una esposa preparando café en la cocina de atrás y dos hijos en la universidad. esa camioneta? mía; la piscina continental? mía; el perro? mío, también. claro, hubo sacrificios. tuve que dejar atrás las largas piernas de patricia y ese cabello enrulado de mimi. nunca más toqué el trombón (creo que se lo llevó uno de los chicos del estudio). eso sí, nunca leí un libro entero ni fui por los grandes salones pidiendo copas y números. tuve suerte en encontar una buena mujer sin pregunas extrañas. ese coronado bordeaux? mío, claro. compré el rancho con una serie de pequeños arreglos. nada especial al principio. ese yate? no lo sé navegar, pero está en mi cuenta del fisco. todo declarado.
la única razón por la que dejaría esto, la primera en el top, aquello que me haría perder la cabeza y mandar todo al carajo es esa tortuga que dejé morir cuando me mudé la primera vez.
ese toilette de lux? mío; las camisas gabanni y los palos de golf? míos; esos huecos en la tierra bien tapados y llenos de huesos? mi responsabilidad.
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