nos internamos en el monte. fumamos. fuimos a ver revistas gratis al centro. perseguimos todas las chicas. no había dinero y no importaba lo más mínimo. teníamos cuatro bicicletas y nos seguían los perros. en el cementerio local bebimos y hablamos de abismos. en la puerta de la casa del fundador dejamos un candelabro de siete velas y marchamos en fila a la pocilga de wind & earth. entre amigos parroquianos planeamos los pasos: sería en la noche del martes. junto a la terraza hay una pila de arena. deslizar los cuerpos no traería mayores inconvenientes.
más tarde, en la ciudad, festejamos el golpe. hubo drugs y música de los sesenta. gente extraña trajo propuestas. descartamos al final de la conversación. todos los muebles en el pasillo. será un gran evento, pensó jez, será definitivo...
fue en el momento menos propicio cuando lo vimos trotar. no había jinete. dos de nosotros hulleron. los demás, contemplamos la copa hablar.
(foto: j.piano)
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