lunes, 29 de agosto de 2011
en el subsuelo del carguero de amontillado
se supone que tengo tres cuentas pendientes: la deuda de juego lleva cerca de veinticinco años, yo creo que ya está,eh, amigo? prácticamente no sostengo el taco. soy un lisiado del azar. en cuanto a ese pequeño atraco, nada hay del botín, ni siquiera queda gente presente del salón. voy a olvidar todo en este preciso momento. ya está, vamos a lo que nos incumbe. puedo decir a mi favor que era un pequeño, un desalmado sin escrúpulos. el dinero era para ellos, a duras penas pude rasguñar el bocado correspondiente. no deberían acusarme siquiera de haber estado allí. no, amigo, no puedo cargar con las bolas de acero. en cuanto lleguemos al maldito puerto me largo. todos en paz. sembraré amapolas o criaré ovejas en una acantilado. pueden irse todos a la mismísima última extrella de esta o cualquier galaxia. algo más? ah, eso. claro, el asunto de la chica. ella me amaba, eso no es un secreto. sólo tomé lo que me pertenecía.
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