'...pero el silencio es cierto. por eso escribo. estoy sola y escribo. no, no estoy sola. hay alguien aquí que tiembla...' (a.pizarnik)

domingo, 12 de junio de 2011

horses

qué lindo sería correr con un caballo por capitán gómez o las playas grises del lago argentino. emilio llama desde la medieval tierra galega y suena wynton marsalis. esta noche veré películas junto al fuego. supongo que aún hay flan de vainilla. liliana hace una baguala del abasto. los gatos ya duermen (horas y más horas de siesta). giuliano visitó mi casa y hablamos de kant y de kurt y me dejó, generosamente, uno de sus dibujos: simón en rojo y negro, para siempre en mi cuarto de luz.
abu tita toma té en ballester y chola festeja sus vidas de campo y flores, rodeada de amor. tengo dos o tres ideas para salir de la nube apestosa que la sociedad me regala, amistosamente, y puede que cueste más de lo que llevo en mis pantalones.
en la tarde encontré mis archivos de malaver y recuperé canciones del más allá. en la semana habrá que trabajar. no hay excusas.

jueves, 9 de junio de 2011

carteles

se va al amanecer, entre la nube tóxica neutralizada y la muy natural del volcán sureño. compré todo tipo de cosas en loto's. veo mi foto por ahí. paloma muerta cerca del trabajo. nam miojo rengue kio. te dejo partir de las escalinatas, querido niño. ya estás a tu suerte, eso no es un problema, precisamente. bill wyman blusea, escupe, ríe en un festival diurno del fondo americano. mis amigas del frío (sol de invierno, alinares, timotina, dann z) quitan el gris de los techos y no dejan que sus perros huelan la comarca. intentando no perecer en la sociedad con sus reglas. 'yo, contador', se lée por ahí. hay alguien que puede soñar con eso?! no es todo: seis metros y choco una fotografía de un chico con la remera negra de after-chabón; leo: 'r. mollo, guitars, l. prodan, vox...'. son afiches del gobierno derechista de m.m. necesito medicina.

viernes, 3 de junio de 2011

canción de burbujas

canción de burbujas
brujas puede conmigo
el jardín zoológico
la basura justo
a
tiempo

camina del brazo
de
su madre
recibiendo más cariño
sabiduría de
los
perros

no puedo hacer tanto
por vos
dieciocho horas
en un
banco

seremos tiernos
por una vez
soplaremos para
que el viento
no guarde
todas las
hojas

miércoles, 1 de junio de 2011

bisagra de luz

ahí están! entro al local húmedo y me hago de 'alexis ou le traite du vain combat'(1929) y 'feux'(1936), de la gran margarite yourcenar. listo. me voy contento al ensayo nocturno. la jornada en las calles del centro fue algo dura hoy; mucho ruido, poco amor.
finalmente arreglé el ventanal y ya no pasaré tanto frío en la buhardilla. el especialista en cristales guaraní lo resolvió todo en media hora. un acróbata.
en el 99, llendo por avenida córdoba, dos señores despotrican contra vendedores ambulantes, pedigüeños y todo ser proveniente de tierras más pobres y olvidadas. hablan de los sacerdotes católicos amigos. parece que cenan con uno o dos todos los santos meses. una niña de doce pasa tomada de su madre y de un bastón muy blanco. es la maldita luz de la ciudad la que nubla sus retinas. ella, quizá, no lo sepa, pero ve. y me hace ver. todo, a partir de este instante, es para su belleza. para siempre.

inviernos (jorge isaías, 1987. otoño)

a lo mejor era el invierno con su parca luz chiquita, con su helada que rutila, con su extraño mar sobre los árboles.
a lo mejor era la escarcha enseñoreando dientes, fervores, rosados pajaritos. y los caballos cabizbajos, bufando su aliento que hace nubes de vapor como grandes monedas en el aire helado del amanecer.
y el arado. y el zarandeo por la tierra que está lista para recibir la semilla. no lo sé. o sí, tal vez era la reunión en torno de la mesa grande, con el cajón de marlos, el pan redondo, los exquisitos dulces que supo hacer doña maría paulini, esa bola amarilla de manteca, batida a puro brazo de gringa saludable. esa manteca que no volví a comer, ese gusto que me hará ya de ser vedado para siempre.
a lo mejor eran los pájaros que yo veía cruzar por la ventana, caer en picada sobre la verde y olorosa alfalfa.
el invierno tenía su lindo amanecer, su pasto de blanco asabanado, el piar temeroso de gallinas que no se animan aún a salirse de su sueño, es esa vaca que tristemente llama a su ternero muerto, es el relincho de la yegua rosilla, la sangre saltadora de alambrados, la que triza con sus cascos las más duras escarchas, el más puro amanecer.
entonces yo no sé qué ha pasado con ese pueblito que el ladrido de un perro conmovía, el piar de algunos pájaros, la brizna que caía lentamente sobre el suelo, como esa memoria mía que asienta sobre el polvo aterido del tiempo que se fue.

(el fabulador y otras sepias, 1990)