el muchacho rubio y alto con cara de caballo que llevaba yerba sin palito, mate y bombilla como armas a sus peligrosísimas misiones y que supo enamorar a las más lindas femme fatales del planeta me mira y me pide un autógrafo. yo, juan piano, me arrodillo y escupo mis manos, ante tanta humildad. luego, ya recuperado, tomo aliento y le informo que chacarita perdió otra vez. el tipo busca un mapa de paraguay y me dice: 'ahí voy a ir, conquistaré a la alcaldeza y le diré que fundaremos el pueblo de barretttown'. lo escucho sumergido en ráfagas de colores mientras busco en el bolsillo monedas para el vendedor de empanadas boomboomkidnenanas.
sábado, 17 de octubre de 2009
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