el mercado de frutas

a toshiko le gusta tocar el piano, también los saxofonistas: amó a charlie y, luego, a lew. piensa en todo esto mientras suena la radio a volúmen moderado. hoy levantó su cuerpecito más temprano de lo común y fue al mercado de frutos. al mediodía estaba en el apartamento con seis enormes bolsas. todavía no comprende por qué no cargó uno o dos melones americanos. ahora tendrá que esperar hasta el viernes. si el plan semanal marcha sobre vías firmes, por la tarde llegará tony o, tal vez, joaquín, la recogerá y estará por el estudio alrededor de las 17. lo de la big band ya no parece tan atractivo. lidiar con tanta gente con tan poco humor no es bueno para la salud. té verde, la ceremonia nunca se pierde. okinawa puede ser un buen refugio este verano. nada de parís, nada de chicago. nada de jazz. nada de música. nada de músicos. sola con sus zapatos, alguna sombrilla, traje de baño liviano, las palabras de ryunosuke akutagawa. sol.

hay tiempo para una siesta decente. después de la grabación evitará por todos los medios cenar con los demás. los ingenieros suelen ser un fastidio. si no está muy aburrida, convertirá ese maldito gong en wok y calentará la cocina. sin radio. los vecinos mañana trabajan hasta la noche. es la única en el viejo edificio que sabe despertar y, aún, permanecer en los sueños.